Muere Carmen Sevilla, «la novia de España» que se marchó sin grandes honores
La artista se convirtió en un rostro icónico del cine español que llegó hasta los Oscar o Cannes
Carmen Sevilla ha fallecido este martes a los 92 años, según ha informado su hijo. Fue una actriz irrepetible que parecía eterna. Con una trayectoria que abarca más de 60 años, desde 1947 a 2010, su carrera ha permanecido siempre en un segundo plano en el que no ha recibido los grandes honores que sí han tenido, en cambio, otros artistas de su generación. Tan solo una estrella de la fama en la madrileña calle Martín de los Heros recuerda que, más allá de su aportación televisiva, de sus ovejitas y de su entrañable despiste en las campanadas de Nochevieja de 1994, ella fue uno de los rostros más icónicos del cine español.
María del Carmen García Galisteo, nombre de nacimiento, llegó al mundo en Sevilla en 1930 y adoptó el nombre de su ciudad natal como nombre artístico. Pronto, aprendió a desenvolverse en las artes escénicas y con apenas seis años empezó a bailar. Hija y nieta de reconocidos letristas de coplas para artistas como Concha Piquer o Imperio Argentina, pronto recurrió al desparpajo como su principal arma para atraer las miradas.
A este título se sumaron en aquella época otros como Cuentos de la Alhambra (1950), La hermana San Sulpicio (1952) o La pícara molinera (1952). Sin embargo, por delante de todas estas películas, uno de los papeles más trascendentales de su carrera fue el que interpretó en la cinta La venganza (1958), de Juan Antonio Bardem.
Carmen Sevilla, artista internacional
La carrera cinematográfica de Carmen Sevilla no se limitó a las producciones españolas o mexicanas. Al igual que Sara Montiel, fue musa del cine estadounidense con títulos como la producción de Hollywood Rey de reyes (1961), una película sobre la vida de Jesús de Nazaret dirigida por Nicholas Ray en la que ella interpretaba a María Magdalena.
También como Sara Montiel, Carmen Sevilla no recibió ningún premio relevante en la geografía española. «La novia de España», como muchos se refirieron a ella, que enamoró, según se cuenta, al propio Charlton Heston así como a Marlon Brando, Cantinflas o Frank Sinatra, ha fallecido sin haber recibido uno de los reconocimientos más importantes del cine en España: el Goya de Honor, un galardón que la profesión entrega para distinguir una trayectoria brillante.
Entre los galardones que sí tiene se encuentran dos medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos así como el premio honorífico, además de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y la Medalla de Oro en el Mérito al Trabajo que concede el Gobierno español, pero no ha recibido el calor de una profesión que ella sí defendió en los escaparates internacionales más importantes del cine.
Los años 50 fueron suyos. Carmen Sevilla fue nuestra estrella más internacional. Trabajó en coproducciones para el cine francés y triunfó en Europa con sus papeles de gitanillaen «El sueño de Andalucía» (1950), «Violetas imperiales» (1952) y «La bella de Cádiz» (1953), con el tenor de origen vasco, pero afincado en París, Luis Mariano. Unas espagnolades que hicieron de ella el prototipo de la Carmen de España descrita por Prospero Mérimée. Bella hasta el punto de dejar sin aliento a españoles, franceses e italianos, pues trabajó en numerosas coproducciones con Vittorio de Sica y Alessandro Blasetti y en el Hollywood madrileño de Samuel Bronston con Nicholas Ray y Donald Siegel.
D.E.P.